Mi padre, para mí un sabio, me dijo hace muchos años: "Hija mía, en esta vida podrás hacer lo que tu quieras, siempre con conocimiento y respeto".
Sus palabras se me quedaron grabadas. He intentado seguirlas, actuando en consecuencia.
Pero resulta que ya ni así, una puede fumar con tranquilidad.
Sí, yo soy fumadora, pero fumadora respetuosa. Siempre fumo donde se puede fumar, siempre voy con un cenicero portátil en el bolso. Nunca tiro una colilla al suelo, o bien la dejo en mi cenicero, o bien, me ocupo de apagarla bien y tirarla a la papelera. Una es libre de fumar pero eso no implica olvidar el civismo.
Si estoy con desconocidos, siempre pregunto antes de encender el cigarro, y aunque me contesten que sí puedo, intento apartarme un poco o darle al humo con la mano aunque parezca una loca.
Si voy a casa de otra persona, si estoy un largo rato, vuelvo a preguntar antes, pero si es un hogar de un no fumador, me voy al balcón o terraza. Incluso si me brindan un cenicero, antes de marcharme lo vacío en papel de aluminio y dejo el cenicero lavado, ya que considero una guarrada que un no fumador tenga que limpiar las colillas de otros.
Si viene gente a mi casa y somos varios fumadores, intento que los fumadores salgamos al balcón a "petar la xerrada" (como decimos en Catalunya) y a fumar lo que sea necesario, para evitar que los no fumadores se vayan apestando.
Siempre que he ido a un parque infantil com mis sobrinas de sangre o con mis sobrinos por parte de amigos, me dedico a jugar con ellos.
¿Fumar en los parques infantiles? Pero ¿quén tiene tiempo de fumar cuando estas jugando con los niños? ¿o es que somos unos padres super estresados que vamos al parque a soltar a los niños? Pues entonces el problema es otro.
Me parece perfecto que existan restaurantes/bares/locales/espacios para fumadores y para no fumadores, respetándose los dos bandos (porque ahora con este tema ya hay bandos). Pero no se pueden eliminar los espacios para fumadores, de la misma forma que antes no era correcto que en algunos casos no estubieran separados.
Bien, que prohíban fumar en todos los espacios cerrados, pero como yo vaya a una discoteca/pub y expulsen el humo ese tan gracioso, que puede surgir del techo o del suelo, voy a montar una que baja hasta el mismísimo Cristo.
Quedemos todos para cenar en mi casa. Los fumadores, pongámonos el abrigo y salgamos al balcón. Unos vigilar por allí y otros vigilemos por aquí, vaya a ser que pase alguien por la calle y nos denuncie. ¡Vaya tela!
¿Y qué pasa con los intransigentes, los inmaduros, los inseguros? Estos sí que son males mayores que nos vemos obligados a aceptar contínuamente y a coexistir a todas horas. No te afectan a los pulmones, pero te producen úlceras.
¿Y qué pasa con estos mismos y que encima son alcohólicos? Los peores.
Sin ir más lejos, esta semana, en mi ciudad, en mi barrio, en mi calle. El propietario del bar de la esquina, le pega un tiro a su mujer y luego se pega otro él, con su hijo adolescente en la habitación de al lado jugando con los amigos a la Playstation. ¿Estamos locos o qué?
¿Y qué pasa con el microondas, el secador, el móvil o la leche de vaca? Según algunos estudios los lácteos provinientes de la vaca producen cáncer de mama, al igual que el secador. ¿Somos conscientes de lo peligroso que es observar el vaso calentarse en el microondas, viendo embobados como va dando vueltas, como si mirándolo el tiempo fuese a pasar más rápido? ¿Y llevar el móvil como si fuera otra extremidad de nuestro cuerpo?
En breve saldrá una nueva ley antitabaco, y luego saldrá otra, y al final, te mirarán con desprecio si vas fumando por la calle.
Bueno pues yo ya estoy harta. Desde mi libertad y con respeto, no pienso permitir ni consentir, que nadie me trate de apestada.
Bueno pues yo ya estoy harta. Desde mi libertad y con respeto, no pienso permitir ni consentir, que nadie me trate de apestada.